Un SIG almacena y despliega información que puede ser relacionada con lugares, es decir, información que tiene una ubicación geográfica. Asociar una ubicación geográfica con los datos tradicionales dentro de una corporación, es un proceso que se aplica a muchos aspectos de los negocios. Escoger un sitio, identificar un mercado potencial, planificar una red de distribución, dibujar territorios de venta, ubicar recursos, etc.
Todos estos problemas involucran cuestiones estratégicas. ¿Dónde se localizan mis clientes?, actuales o potenciales. ¿En que vecindario o área censal viven consumidores con un mismo perfil? ¿Dónde se ubican mis competidores? ¿Qué zonas no son importantes? A veces las interrogantes abarcan demasiados factores y otras veces son bien específicas: ¿Qué construcciones se encuentran en una determinada zona, sus ocupantes tienen
determinados ingresos mínimos, y están a menos de cinco minutos caminando del punto de interés?
Los SIG proporcionan una herramienta necesaria para responder a éstas y otras muchas interrogantes en forma rápida, precisa, y demostrable. Tan pronto como el usuario se familiariza con los principios y técnicas del análisis geográfico, se encuentra preguntando y respondiendo a interrogantes que jamás se hubiera planteado, gracias a la cartografía digital generada como producto del análisis realizado sobre el SIG.
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